“Tipos de Duelo de los que nadie habla: crisis vitales que impactan en la productividad y pasamos por alto”

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El duelo es un proceso emocional que inicia con una experiencia de pérdida. Las pérdidas en la vida de un adulto son muchas y no se limitan sólo a la muerte sino a muchos otros cambios personales, familiares y laborales que se nos presentan.

  En respuesta a estos cambios en su vida, la persona reacciona de manera inconsciente de formas diversas en un intento por adecuarse a su “nueva vida”.

El duelo ocurre inclusive cuando es derivado de un cambio o pérdida elegido; resultado de una decisión propia. Un cambio planeado como el término de una relación, de la permanencia en un puesto o departamento pueden también derivar en un duelo.

Algunas situaciones y cambios en nuestras vidas pueden resultar en un proceso de duelo. Muchos son resueltos de forma fluida o en corto tiempo y otros se prolongan y empiezan a impactar en nuestro:

Muy frecuentemente dentro de nuestra organización, pasamos por alto los síntomas emocionales, físicos, cognitivos (capacidades para concentrarse y procesar información), anímicos que pueden manifestarse en nuestros colaboradores por procesos de duelo que desconocíamos atravesaban, hasta que estos síntomas escalan o se generalizan de tal forma que ya generan estragos en su productividad, en su seguridad o la de otros, impuntualidad, indisciplina y hasta rotación.

  • Ánimo
  • Capacidad para resolver problemas
  • Interés y tolerancia en nuestras relaciones
  • Trabajo y cumplimiento (Productividad)

Esto dependerá de la personalidad, experiencias previas en la crisis, habilidades de afrontamiento con el que cuente el Colaborador y por supuesto; del sistema de soporte.

Nuestra Organización es precisamente parte de ese Sistema de Soporte que contribuye a la resolución fluida del duelo o bien de la complicación de esto. Por eso es importante estar informados sobre las situaciones con potencial para desencadenar un duelo en nuestros colaboradores.

Algunos cambios de vida que generan duelo y nadie habla de ellos:

1.- Identidad

– Dejar una posición en la empresa para moverse a una muy distinta

– Cuando se tiene hijos adultos que se independizan

– Tras un divorcio se pierde el sentido de identidad social

– Ver roto, arruinado o robado un artículo heredado por alguien amado que ya no está.

2.- Seguridad

– Sentir amenazado su trabajo por numerosos cambios organizacionales que generan incertidumbre o la salida de su Jefe o alguien a quién en la empresa se le admiraba.

– Posible desalojo por adeudo de hipoteca.

– Siniestros en sus bienes materiales.

– Eventos de inseguridad o violencia en la comunidad cercana a dónde vive o trabaja

3.- Autonomía

– Perder la movilidad (enfermedad o accidente incapacitante)

– Perder el rumbo o plan de vida

– Tener dependientes económicos inesperadamente (padres ancianos, pérdida de ingresos familiares, hijos no planeados)

– Envejecer

4.- Metas y expectativas de vida

– Lidiar con infertilidad

– Darse cuenta que a la edad actual no se está en el punto profesional o personal esperado.

5.- Resultado de una decisión propia

– Dejar una relación abusiva

– Renunciar a un trabajo dónde había un ambiente tóxico

– Dejar de asistir a un templo/ iglesia o practicar una religión por decepción

– Renunciar a un equipo deportivo o grupo de amigos por considerarlo estresante o tóxico.

Al identificar que alguno de nuestros colaboradores pueda estar atravesando un proceso de duelo tras una pérdida vital como las mencionadas, debemos tener una entrevista de abordaje y siguiendo nuestro procedimiento de intervención en crisis deberemos proceder ya sea a referir a un especialista, a hacer adecuación o flexibilizaciones en la jornada de trabajo, tareas, o alguna otra condición de trabajo que pueda contribuir a contener y apoyar al Colaborador para que logre transitar por su proceso sin complicaciones y recupere su sentido de sí mismo, estabilidad y capacidades pronto.

Una entrevista por su Supervisor o Recursos Humanos (siempre y cuando estén entrenados en Entrevista para contención) de manera bisemanal al principio y después mensual, revisando los KPIs relacionados tales como: incapacidades médicas, puntualidad, asistencia, productividad, disciplina, desempeño del periodo recién concluido.

¿El duelo es un proceso personal?: sí.

¿Ha de ser doloroso?: sí.

¿Siempre disminuye nuestras capacidades?: sí.

¿Debemos enfrentarlo trabajando “como terapia para olvidar”?: no.

Es lo organización quién deberá activar su protocolo de prevención de la crisis, de contención emocional y seguimiento para actuar verdaderamente como un Sistema de Apoyo.

No esperemos el desenlace seguro: insatisfacción laboral, enfrentamiento con autoridades, baja de desempeño, rotación, etc.

Compromete a tu Organización en la prevención, entrénense en:

  • Primeros Auxilios Psicológicos
  • Entrevista para Acontecimientos Traumáticos
  • Entrevista de Contención y seguimiento

“Acompañarnos en las pérdidas nos da la certeza de que pertenecemos a una Comunidad para quiénes nuestra vida tiene valor y propósito”

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