Muchas veces acuden a nosotros Colaboradores molestos, angustiados, ansiosos o preocupados por un asunto laboral o personal. Tratamos de escuchar, pero los apresuramos porque se nos hace tarde para la junta.
Tratamos de resolver, pero tal vez lo que necesita la persona no es una solución impuesta, sino organizar sus ideas y tomar la decisión él solo. Probablemente no lo ves, pero en más de una ocasión como líder hablaste de más con “la mejor intención” y hubo susceptibilidades heridas.
Para todo existe una técnica, para ser un Escucha experto estas son los hábitos que se practican:

1.- Ofrece un ambiente seguro
Como diría Hipócrates “Antes que nada: no dañar”
Crear un ambiente en que no se juzga, no se ofrece consejo no pedido, no se difiere, ni se compara a quién habla con nadie más.
2.- Valida en palabras simples
“Claro” “Entiendo” “Eso nos puede pasar a todos” “Es comprensible”
3.- Sigue su curiosidad instintiva
Profundizar, indagar o hasta interrumpir un poco a quién habla cuando escuchamos una palabra o aseveración muy significativa, de peso o gravedad.
4.- Escucha con “todo el cuerpo”
Nunca trates de practicar multitasking mientras “escuchas”. Todo tu cuerpo debe estar receptivo al Emisor, todo tu cuerpo apuntando hacia dónde se encuentra quién está hablando. Observa el lenguaje no verbal con atención.
5.-“Escucha” el subtexto. (Lo que se dice sin decirse)
La escucha atenta, permite desarrollar una habilidad casi de “ninja” para alcanzar a entender la emoción, intención o tema relacionado de fondo con lo que expresa el Emisor en el momento. La sensibilidad para identificarlo se desarrollar practicando la escucha activa, preguntarse al final de una conversación ¿qué necesitaba esta persona de mí? ¿porqué me contó esto a mí? ¿Es tan importante el tema como la intención? ¿Sus emociones y su lenguaje corporal eran congruentes con sus palabras?.
Siempre hay un motivo que no se ve en la superficie. Un Escucha experto llegará a dominar la habilidad para ver más allá de las palabras. Pero para eso hay que usar menos palabras, menos distracciones, menos consejos, menos juicios, menos prisas e invertir mayor ATENCIÓN plena, no sólo en la conversación, sino en la PERSONA como un todo.
¿Quisieras trabajar más con tus colaboradores en la expresión asertiva en el centro de trabajo? Escríbenos y te compartimos un ejercicio para trabajar con tu equipo.